Narrada en primera persona, “Cometierra” es el relato de una niña vidente que perdió a su madre, come tierra y ve el pasado. Habla sobre femicidios y trata de personas, en un barrio con violencia, desamparo e injusticia, donde las principales víctimas son las mujeres.
En todos los cursos leímos el libro y lo analizamos en clase, a la vez que aprendimos la historia de Reyes: maestra, feminista, madre de siete hijos y estudió letras clásicas en la Universidad de Buenos Aires.
“Desde que tengo uso de razón miraba programas de investigación de asesinatos”, compartió la autora para romper el hielo, explicando que esa fue una de tantas razones para comenzar a escribir su novela.
Además, agregó: “Soy maestra desde los 19 años y tengo relación directa con niños y adolescentes. Muchas veces me buscan después de clase para contarme algo. Eso me sirvió muchísimo a la hora de construir voces y entender qué les pasa a los más pequeños cuando viven pérdidas o situaciones particulares”.
Por otro lado, los chicos y chicas le consultaron por la idea de maternidad, tan presente en “Cometierra”. “La tierra es como una suerte de principio femenino y cuerpo materno, que nos vuelve a recibir y alojar en su seno al finalizar nuestra vida”, respondió la invitada. “La novela arranca con el fin de una relación madre-hija y la maternidad da vueltas durante toda la narración. Como también pequeños detalles de mis hijos y mi vida como madre”, describió.
A continuación, los alumnos y alumnas de 5to. año quisieron saber cómo fue el proceso de escritura de Dolores: “Hay pequeñas cosas que nos incomodan, nos hacen acordar a algo o nos llaman la atención. Todo eso te hace construir la ficción y los personajes”, manifestó. Y dijo: “En momentos, escuchaba charlas de mi alrededor y tomaba fragmentos. Siempre llevo un cuaderno a mano. Eso termina haciendo a la composición de los relatos y aportando a la historia. Por otro lado, trabajé mucho la versión final, porque cuanto uno más toca un texto más lo enriquece”.
Para finalizar la entrevista, la escritora nos contó por qué la protagonista se llama Cometierra, al igual que el libro. “Todos damos por sentado que los niños tienen nombre, nacionalidad y cumplen sus derechos. Pero conocí chicos que no tenían documento y no tenían cumpleaños, porque no sabían nada de ellos. Por eso mi personaje no tiene un nombre propio, sino que parece más un adjetivo”, concluyó.
Mediante estos diálogos en primera persona, con autores de novelas y cuentos contemporáneos, los estudiantes de la Escuela Secundaria continúan desarrollando capacidades vinculadas con la lectura y la escritura. La exposición, el intercambio y la participación construyen la necesaria interacción entre pares, así como el interés por las temáticas tratadas.