Cuchara y bowl en mano, rápidamente nos pusimos en acción y, a través de la cocina, encontramos una maravillosa forma de ayudar. ¿El resultado? Más de 600 Leicaj -budín de miel- que fueron vendidas para colaborar con niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
“Quiero que sepan que con todo lo recaudado van a ayudar a gente como ustedes, de escuelas primarias, a sostener su escolaridad”, le dijo Verónica -referente de Fundación Tzedaká- a los chicos y chicas con profunda emoción.
Cocinar Leicaj en este momento del ciclo lectivo nos endulza con su miel, invitándonos a comenzar un nuevo año rodeados de buenos deseos para toda la comunidad.
¡Gracias a todas las familias que se sumaron con su aporte y participación!