Para dar comienzo al encuentro, en lo alto del escenario realizamos las distintas brajot de la festividad, acompañados por el talento musical, la voz y el canto de nuestros y nuestras estudiantes presentes.
Compartimos el encendido de las velas, el recitado del Kidush, la energía del cántico del Shejeianu y, como no podía faltar, comimos la típica manzana con miel y la tradicional jalá agulá, para desplegar toda la dulzura y los mejores augurios que propone el comienzo de un nuevo ciclo. Asimismo, toda la Escuela expresó en conjunto sus deseos escuchando el sonido del shofar, que con su fuerza convoca de manera profunda a la reflexión.
La gran celebración continuó vistiendo de colores y alegría a ORT. De la mano de más de 11.300 alumnos y alumnas de nuestra Escuela Primaria y Secundaria en cuatro sedes, junto a nuestros equipos de directivos y docentes, bailamos, cantamos e imitamos coreografías al compás de los mejores ritmos de Rosh Hashaná.
Las rondas grupales, los abrazos y las risas entremezcladas con los banderines y papelitos de colores fueron las principales protagonistas de la jornada. ¡Las selfies de los chicos y chicas tampoco se quedaron atrás!
¡Durante una hora al aire libre, recibimos un año nuevo colmado de entusiasmo y felicidad, disfrutando al unísono y palpitando el sentimiento de un Shaná Tová Umetuká!