La economía circular es una filosofía de organización de sistemas inspirada en los seres vivos, que persigue el cambio de una economía lineal (producir, usar y tirar) hacia un modelo circular, tal y como ocurre en la naturaleza. Para ello, divide los componentes de los productos en dos grupos generales: insumos biológicos y tecnológicos. Los insumos biológicos son biodegradables y se pueden re-introducir en la naturaleza después de que su valor de uso ya no sea rentable. Ejemplos de nutrientes biológicos podrían ser tejidos de algodón, materiales plásticos biodegradables (ácido poliláctico, PLA), ésteres orgánicos (jabón), etc.
Los insumos tecnológicos hacen referencia a los componentes creados por el hombre que son poco aptos para los seres vivos y no puede biodegradarse. Por ello, en lugar de ser desechados, deben ser reutilizados una y otra vez sin entrar en la naturaleza. Estos componentes se diseñan para poder ser ensamblados y demontados un gran número de veces, favoreciendo la reutilización de materiales y el ahorro energético.
La clave esta en el diseño de los objetos que producimos para reducir a un mínimo el desperdicio de insumos, reduciendo la materia prima necesaria para crearlos y la basura que se crea como producto de descarte.
La economía circular se basa en los siguientes principios:
Basura = Alimento
En este enfoque desaparece el concepto de basura, desperdicios o residuos. Los productos pueden ser desmontados una vez que dejan de ser útiles, y sus componentes vuelven a formar parte de los ciclos naturales o industriales con un consumo mínimo de energía. Los insumos biológicos estarían compuestos de materiales totalmente biodegradables que podrían regresar a la naturaleza sin problemas y ser integrados en los procesos naturales. Los insumos técnicos, principalmente polímeros o aleaciones, pueden ser reutilizados de manera sencilla y poco costosa en términos energéticos.
La diversidad fortalece
Los sistemas naturales más resistentes (capacidad de un sistema para soportar una perturbación, manteniendo su estructura y funcionamiento) y resilientes (capacidad de un sistema para recuperar la estructura y el funcionamiento tras una perturbación) son los ecosistemas que están compuestos por una mayor diversidad de organismos y de interacciones entre los mismos. En el mundo económico se puede aplicar una filosofía parecida, para mejorar la respuesta a las crisis económicas y productivas. Por ejemplo, una empresa que tenga una mayor diversidad de proveedores podría resistir mejor la quiebra de uno de ellos.
Pensar en términos de sistema
Independientemente de la escala, los elementos de un sistema están altamente interrelacionados mostrando, en muchas ocasiones, relaciones no lineales entre ellos. Así cuando diseñamos un sistema debemos entender las interrelaciones dentro de los elementos que lo componen además de los elementos externos.
Nuevo modelo de propiedad
La economía circular apuesta por un nuevo modelo en el que la tecnología podría ser alquilada por la empresa productora al usuario. El productor iría mejorando cada cierto tiempo el producto usando los componentes de los aparatos que van quedando obsoletos.
La energía debe proceder de fuentes renovables
Como ocurre en la naturaleza, toda la energía procede de fuentes que se van renovando con el paso del tiempo, fundamentalmente el Sol. La economía circular apuesta por la substitución de los combustibles fósiles por energías renovables.