MOSHÉ y LOS ÁNGELES
Cuando Moshé subió a las alturas, los Ángeles preguntaron a Dios:
- Señor del Universo: ¿Qué trae este hombre, hijo de humanos hacia nosotros?
Dios respondió:
- Ha venido a recibir la Torá.
Se asombraron los Ángeles y dijeron:
- Este tesoro oculto desde génesis ¿Se entrega a los mortales? ¿Qué es el hombre para que Dios se ocupe de él? ¿Qué es el ser humano para que D”S se acuerde de él?
Entonces Dios dijo a Moshé: ¡Responde!
Contestó Moshé vacilante:
- Señor del Universo: temo que me quemen con su aliento.
Dijo Dios: ¡Respóndeles!
Dirigióse entonces Moshé a los Ángeles y les dijo:
- La Torá que nos será entregada dice:
“Yo soy el Dios que te saco se Egipto”, ¿Acaso habéis sido vosotros, los Ángeles, quienes descendisteis a Egipto? ¿Habéis sido vosotros los esclavizados por el Faraón? ¿Para qué, pues, queréis la Torá?
Y mas adelante, dice la Torá: “No tendrás otros dioses fuera de mi”.
¿Habitáis vosotros entre pueblos idólatras?
Y más adelante esta escrito: “No matarás”, “No robarás”, “No cometerás adulterio”… ¿Acaso existe la envidia y la maldad entre vosotros?
Los Ángeles aprobaron a Moshé y Dios concedió la Torá a Israel.
Dijo Rav Iehudá, dijo Rav:
Cuando subió Moshé a la altura (para recibir la Torá) encontró al Santo Bendito que estaba sentado y les ponía a las letras de la Torá coronitas, puntitos, ornamentos.
Dijo Moshé: Señor del mundo, ¿Quién te obliga a hacer estos dibujos (aparentemente innecesarios)?
Contestó Dios: Hay un hombre que aparecerá generaciones más tarde y se llama Akivá hijo de Iosef, y él, en el futuro, sobre cada uno de estos puntitos y ornamentos desarrollará montañas de reglamentos (de la halajá).
Quisiera verlo, Señor del mundo.
Vete atrás.
Fue Moshé y se sentó en la ieshivá de Rabí Akivá, en la última fila, y no entendía de qué hablaban. Estuvo a punto de desmayarse. De pronto los alumnos llegaron a un tema y dijeron al maestro:
Rabí, ¿Esto de dónde lo sabes?
Así fue enseñada esta ley (halajá) a Moshé en el Sinaí – respondió Rabí Akivá.
Entonces se recuperó el ánimo de Moshé.
Volvió y le dijo a Dios:
Señor del mundo, ¡Tienes un hombre de este nivel y entregas la Torá conmigo! (¿Por qué no lo haces con él?)
Dijo Dios: Cállate, es decisión mía.
MENAJOT 29